Quienes pensamos que, en el corazón de los pueblos, están los códigos que pueden darle la vuelta a la calamidad global del capitalismo cognitivo encontraremos en este libro una ventana de oportunidad emergente desde los latidos de los pueblos de Latinoamérica.
Así comienza el prólogo de presentación del libro con los resultados del proyecto FLOK Society. Corría el año 2015. En América Latina habían aires de cambio. Estaba claro ya para ese entonces, que el modelo de desarrollo global imperante no solo era insostenible, no tenía ninguna lógica y cabida ya con el concepto mismo de desarrollo.
Ecuador buscaba desesperadamente una salida a su dependencia del estractivismo de petróleo y quería establecer un marco de referencia para el cambio de su matriz productiva. Desde el 2013 y durante 2 años, como una iniciativa de gobierno Ecuador desarrolló el Proyecto FLOK Society (FLOK – Free Libre Open Knowledge Society – Sociedad del Conocimiento Libre y Abierto). Los expertos a nivel global ya veían que la visión que se podía oponer a ese “desarrollo” basado en “Crecimiento Infinito” movido por el “Principio de Competencia” podía ser una basada en completamente lo opuesto: una sociedad que busque un desarrollo basado en un “buen vivir” fundamentado en el principio de colaboración entre personas, empresas, sociedades.
Cabe destacar que el mismo presidente del Ecuador en ese tiempo, Rafael Correa, con sumos doctorados en economía en algunas de las mejores universidades del mundo, y justamente para auyentar los “fantasmas” del “comunismo” declaró: “el mercado es un buen un sirviente, pero un pésimo amo”(Discurso de Posesión, Enero 2007), con lo que estableció que una lógica de mercado es, por lo pronto, inevitable, pero puede tener un tinte bastante diferente.
En FLOK Society se dieron cita mas de un millar de representantes de la sociedad civil local y global, pensadores en todos los ámbitos: social, intelectual, tecnológico, cultural, político, etc. Desde ese momento estaba claro que cualquier solución tendría que “maridar” todos estos mundos, pero tendría que disponer de un componente fuertemente basado en la tecnología y el conocimiento, porque ya se veía venir su avance apabullante.
El Poder de la Colaboración
Para ejemplificarlo usare una temática que de hecho encuentro personalmente apasionante. Cuando las personas escuchan (o escuchaban) sobre software libre solían tener diferentes reacciones. Mientras para unos sonaba muy interesante, para otros la etiqueta de “gratis”, “libre” o “gratuito” significaba baja calidad, por ejemplo. Habiendo vivido bastante cerca de esas iniciativas, puedo dar fé que es completamente lo contrario.
El modelo de desarrollo de software libre se basa en el aporte gratuito de quienes quieren colaborar y donar su trabajo de forma gratuita. Imaginen un grupo de programadores aportando a escala global en un programa o producto digital. Para lograrlo y no morir en el intento, debían resolver retos como el poder incorporar piezas de código desde diferentes lugares del mundo en diferentes momentos. Para llevarlo a cabo, este esfuerzo colaborativo requiere de acuerdos muy bien definidos y bastante disciplinados, reforzados por herramientas de mucha tecnología que permita una perfecta orquestación de sus esfuerzos. De esa forma, el software libre es un software generado con altos estándares de desarrollo y un ejemplo perfecto sobre como la colaboración bien orquestada produce resultados maravillosos.
Todo esto ya lo sabían mucho antes los pueblos ancestrales. La milenaria institución de la Minga es un esfuerzo colectivo mediante el cual una comunidad indígena se organiza para lograr objetivos comunes, como puede ser la limpieza de su comunidad, la mejora de caminos o canales de riego, etc. Este mismo tipo de esfuerzo colectivo se denomina Tekio en México, y como este hay muchos ejemplos que se repiten alrededor del mundo en diferentes comunidades y culturas, demostrando que siempre la colaboración fue un modelo de desarrollo aceptado, validado y adoptado como propio por muchos pueblos.
Hacia una sociedad del conocimiento (libre y abierto)
A medida que las inteligencias artificiales y la robótica avanzada se tomen por asalto una buena parte de las labores cotidianas de la humanidad, el conocimiento profundo se volverá el diferenciador clave de supervivencia y de proyección de los pueblos. La labor de los trabajadores del conocimiento se centrará en resolver problemas complejos, tomar decisiones estratégicas y generar valor a través del análisis crítico y la innovación, en lugar de tareas manuales o repetitivas. La capacidad de aprendizaje continuo, adaptabilidad y pensamiento creativo serán características clave de estos profesionales en la economía del porvenir.
Un aspecto clave para que los países y los gobiernos no queden presos de las mega corporaciones globales cuyo poder económico ahora los sobrepasa, es que dediquen sus esfuerzos y pensamientos a desarrollar los contextos y las normativas que les permitan de alguna manera orientar ese poder económico para el bienestar de sus pueblos.
Dentro de esa visión, el que los ciudadanos y empresas de los paises tengan la libertad verdadera de escoger las opciones que más les convengan, pasa por disponer de información, su información, de manera fácil, en cualquier momento, y especialmente en formatos en los que puedan usarse posteriormente. Si no se diseñan regulaciones para que la tecnología no sea privativa completamente, muchas veces esas corporaciones globales incorporan ciertas “barreras” que el ciudadano del día a día no logra distinguir: formatos de archivos, formatos de información que solo pueden ser usados con un software puntual y privativo, terminan generando esquemas donde los ciudadanos y las empresas están presos y quedan cautivos de dichas organizaciones privadas.
El incorporar una discusión potente sobre estas realidades hace que, por ejemplo, un gigante como Apple se vea obligado a cambiar los conectores de los cargadores de sus dispositivos, para que las personas no se vean obligadas a comprar solamente “cables compatibles” que en el caso de Apple llegan a tener costos de más del 1000% en relación a productos masivos chinos o de otros orígenes.
Todo lo anterior también se aplica para el conocimiento. Esta demostrado a lo largo de la historia que las épocas de mayor crecimiento y desarrollo están ligadas a momentos del tiempo donde existieron booms de conocimiento compartido, lo cual tiene un efecto exponencial en el desarrollo de nuevas ideas, productos, soluciones, avances y descubrimientos. En ese sentido, el desarrollo y apoyo en la regulación de diferentes tipos de licenciamiento del conocimiento, pueden generar esos contextos mencionados anteriormente. Propuestas como la de Copyleft (en contraposición a los “copyrights“), establecen ciertamente un respeto a la propiedad intelectual de las ideas, pero permiten su uso y expansión de una manera gratuita pero reglamentada. Las licencias de CreativeCommons son un gran ejemplo al respecto.
La punta del Iceberg
Todo lo anterior constituye solamente un fragmento de las temáticas tratadas por FLOK Society en su intensión de proponer un modelo alternativo de desarrollo colaborativo para los pueblos usando sus mismos y probados saberes ancestrales, pero esta vez potenciados por la tecnología y el conocimiento globalizado y abierto.
Estas visiones hoy en día comienzan a generar reacciones desde el un mundo tradicional ciertamente polarizado, que por un lado parecería orientarse a una visión deshumanizante de capitalismo extremo, pero por el otro también genera cada vez mayor consciencia de estos temas, especialmente en el mundo más civilizado y educado, hay que decirlo.
Las generaciones actuales están ciertamente polarizadas: mientras un lado simplemente hace vista gorda a la forma en la que algunas corporaciones, por ejemplo, les proponen y venden productos y servicios cuya creación ha cobrado altos costos humanitarios en su confección (condiciones inhumanas / sueldos de miseria / maltrato y abuso animal) y esta porción de la humanidad es completamente indiferente a eso mientras su necesidad sea satisfecha, hay otra parte importante de las nuevas generaciones que se cuestionan profundamente lo anterior y dejan de comprar productos que les resolverían sus necesidades inclusive de forma más económica, justamente para “sabotear” a estas empresas que no están siendo socialmente responsables.
Esta parte de la población mundial está viendo con agrado iniciativas como las siguientes:
- el Programa de la ONU de Principios para las Inversiones Responsables donde a nivel Naciones Unidas comienzan a levantar su voz y apoyar movimientos e iniciativas del tipo ESG (Environmental, Social and Governance – Ambiental, Social y Gobernanza) que buscan asegurar que las empresas y corporaciones cumplan con ciertas responsabilidades en esos 3 aspectos.
- El esfuerzo cada vez más visible y apoyado de lo que se ha denominado como el Sistema B, un grupo de empresas que se comprometen (y se certifican) de cara a mostrar su interés y orientación cumplir normativas estrictas de impacto social y ambiental y se comprometen legalmente a considerar el impacto de sus decisiones no solo en los accionistas, sino también en los empleados, las comunidades, el medio ambiente y los clientes.
- La iniciativa de Steward Ownership impulsada por Purpose Foundation que por otro lado y de forma indirecta pero efectiva, lucha contra esa visión de crecimiento eterno de las corporaciones (en relación a sus metas financieras año tras año) que finalmente podrían simplemente agotar al planeta
- La Economía Circular, un modelo económico que busca minimizar el desperdicio y aprovechar al máximo los recursos, promoviendo la reutilización, reparación, reciclaje y regeneración de productos y materiales. Como ejemplo, la Unión Europea acá se posiciona como líder con el Plan de Acción de la Economía Circular dentro del Pacto Verde Europeo, que busca que Europa sea climáticamente neutra para 2050.
El Ecuador de la época de FLOK Society iba avanzando decididamente a una visión realmente refundadora, no solo en relación a si mismo, sino a escala global e histórica. Esta visión, que ciertamente ponía en jaque la hegemonía de muchas formas caducas de pensar (y especialmente de lucrar), fue apagada poco a poco con discursos de miedo, de comunismo, o simplemente atribuyéndole maquiavélicamente de manera exclusiva el fenómeno social e histórico de la “corrupción”. Es una temática aparte, pero efectivamente todas aquellas acciones maquinadas desde los poderes económicos e instrumentalizadas con unos medios de comunicación partícipes del problema, alejaron a Ecuador de una senda que, de manera fuerte y marcada, comenzaba a imprimir en el mundo con propuestas como FLOK Society, muchos de cuyos elementos tengo la seguridad que dentro de algunos años serán la norma, no la excepción.
De alguna manera FLOK Society aporta en la visión de este nuevo mundo, hablándole a la historia desde un pequeño país con muchos problemas pero con todas las ganas de aportar su granito de arena en un futuro que logra ya visualizar interconectado y dependiente.
Era un Ecuador muy adelantado a su época en esa década. Algunos soñamos y esperamos su regreso.
